sábado, 16 de febrero de 2008

Mis uñas

Hace unos años terminé dentro de uno de esos centros de estética donde los cuerpos femeninos se acomodan en fila, sobre las camillas, y como reses preparados para ser depilados de raíz. Era un 24 de diciembre. Recién caía que había llegado el calor y con él la selva de pelos en todo mi cuerpo. Era hora de empezar a desmalezarlo para, por ejemplo, poder ponerme una pollera.
No soporto ese tipo de sitios de depilación pero digamos que para las que queremos que esos trances pasen rápido no hay nada mejor que entregarse a las manos de esas mujeres rudas que le untan a una el cuerpo con la cera amarronada y caliente para después de unos minutos pegar el tirón seco que a una sola se le complica dar.
Estaba embadurnada en las axilas y en las piernas, al lado había una chica a la que le pelaban los brazos y más adelante una mujer con unos bigotes anchos de cera marrón, cuando escuchamos el grito: “¡Mis uñas! ¿Qué le hicieron a mis uñas?”. El alarido venía del fondo del salón. Del sector donde las mujeres concurren a hacerse -lo que se conoce en la jerga de ese ambiente- los pies y las manos. “¡Mis uñas, mis uñas, pobrecitas mis uñas!”, llorisqueaba la mujer mientras se contorsionaba como entrando en convulsiones. Las chicas del fondo, más dóciles que las muchachas de adelante preparadas para dejarte pelada, trataban sin éxito de calmar a la señora. La mujer que no tenía más de 45 años tenía unas manos que a lo lejos no mostraban demasiada diferencia con el resto de las manos. Ni grandes, ni chicas, con uñas medianamente largas y pintadas de un color que a la distancia no se distinguía demasiado. Sin embargo, la mujer estaba enfurecida y cada vez que se miraba las manos se enardecía más y más. Aunque al principio gritos y lágrimas eran una sola cosa, con el paso de los minutos la angustia le ganó terreno al enojo y la mujer no paraba de llorar. “Mis uñas, que son lo único que tengo”, fue lo último que dijo antes de atravesar la puerta escondiéndose dentras de la cartera. Pobre, pensé. Si antes esta mujer no tenía nada, ahora se acababa de quedar con las manos completamente vacías.

15 comentarios:

  1. Excelente, Bombon.
    Pobre mujer, tipico comentario de esposa-trofeo.
    Escribiria algo mas, si no tubiera tanto sueño (6 34 no es hora de sueño) y si me andubiera bien el teclado.

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  2. juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssss
    muy bueno!!!!!!!!!!!!!

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  3. welcome home from Hiroshima
    No se si te fuiste, si te estuviste depilando por un mes, o que, pero el pueblo queria volver a verla!!!

    Mis unias que son lo unico que tengo!!!es una frase muy triste, como la desesperacion.

    Yo no puedo eso de depilacion con odio, me confio a mi misma todavia, mas que a esas empleadas, que viene con el cacharro como lleno de leche hervida marron, sin probar la temperatura a desparramartela casi hirviendo por el cuerpo y luego tirar.auch!!!

    yo la epilady. al menos controlo la administracion de mi propio dolor. A diferencia de la pobre senora, a la epilady la miro con ternura sonriente y pienso SI llevate mis pelitos tranquila!

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  4. Cuando te atosigan en revistas, tele, radio y publicidades que la vida útil, sexual y plena de las mujeres está entre los 15 y los 30, si andás un poco vacía de amor, de coherencia con el mundo real de carne y hueso, eso debe pegar fuerte.
    Y si la madre naturaleza no te ha dotado con la suerte de algunas de seguir pareciendo de 30 y pico cuando ya tenés más de 40, supongo que te sentís perdida, vacía y desesperada.
    Parece ser que sólo las mujeres de 40 que son potables tienen que llamarse Araceli Gonzalez o Catherine Fulop, todas las demás... son viejas que deben llorar sobre las fotos del pasado irreversible.
    Quizá el post no apuntaba a esto, pero creo que una lectura que se desprende es ésta: la vacuidad a la que te lleva la manada si no tenés una fuerte contención real del mundo afectivo que te circunda y que uno debe ganarse, es gigantesca... interminable.

    Sinceramente, pobre mina.

    Encantada de volver a leerte.
    Besos desde mi cocina.

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  5. Realmente, pobre mujer... y no lo digo x las uñas

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  6. Mary, no me fui a ninguna parte, ni me estuve depilando hasta ayer, tuve muchísimo trabajo y ni tiempo de sentarme a escribir, pero ya estoy aquí. Viste volvió Morgana!!!!!!! Ya se extrañaba.

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  7. Anónimo17.2.08

    Es una pobre mina... si hace ese escándalo por unas uñas, lo que hará cuando le pase algo realmente importante...

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  8. si esa mujer observa mis uñas se cae de culo al piso. Las tengo super cortas mal pintadas y una uña en creciemiento porque me la agarre con la puerta del auto. Las uñas son algo mas del cuerpo. Yo me hubiese reido mucho de esa mujer en la cara de esa mujer. Y las que trabajan en lugares como esos y te depilan con todas las ganas las detesto las odio pero a la vez las necesito.

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  9. Anónimo18.2.08

    quedarse sin uñas es terrible, a mi me pasó y todavía lo lamento. fue en un accidente como le pasó a voodoogirl, y la uña nunca más me quedó como era.
    entiendo a esa mujer, quedarse sin las uñas que ella quería, uff, qué bajón! me da bastante pena, es como dijeron, hay que tener muy poco para quedarse sin uñas y sufrilo así.

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  10. Hola Bombon!!!!! que loco lo de las uñas!!! jajaj me imagino la situacion y no puedo dejar de reirme!!!! besos

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  11. Vengo de una sucesion de quilombos (perdon el término, pero no encuentro nada más gráfico). Sucesivos como gotas que no horadan pero lastiman.

    El sábado iba de mi casa hacia San Isidro en Panamericana. En el carril rápido pasando una camioneta revente un neumatico. Sentí un estallido muy fuerte y el auto se puso de costado, derrapando todos los carriles hacia la derecha, hasta el guardrail

    Me bajé temblando. Repuesto me puse a cambiar el neumático, y me levanté integramente la uña del mayor izquierdo

    Me subi al auto para arrancar, tomé el volante y me miré la uña. Fue la última gota. Me recosté sobre el volante y lloré como un chico. Me lloré los últimos 10 años todos juntos. Como si esa uña fuera lo único que tenía en el mundo.

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  12. No creo que sean las uñas, el problema.
    Imagino que el inconveniente radica en quedarse sin algo que uno aprecia. Como nos sucede a todas y a todos. Es que las cosas tiene la importancia que nosotras le asignamos, así sea una mansión o ese jean desgastado y viejo que usamos hace más de 10 años. Para ella sus uñas eran importante, y a la hora de la verdad eso es lo que cuenta. ¿no?
    ¡Me gusta leerte bombón!

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  13. Hay que tener mucho espiritu para aguantar lo de la cera..., las admiro a las mujeres..
    Saludos!!

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  14. Uyyyy, pensando en El Mellizo, hay que superar el 13!

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  15. Sebas, si la verdad es que eso nos hace admirables en cierta medida. Brasil, que tremendo lo de tu uña y que cierto eso de que por una uña uno puede llorarse los últimos 10 años de vida. Me ha pasado con otras cosas.
    SQQMQ, gracias por pasar!

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